Almudena, 23 años, aspirante a periodista. En este blog publicaré todas las pequeñas y grandes experiencias que me apetezca compartir durante los seis meses que voy a vivir en Santiago de Chile. ¿Mi intención? Que todo al que le interese pueda seguirme el rastro esta mínima pero importante etapa de mi vida. ¿Mi deseo? Que me leáis y disfrutéis.

16 de febrero de 2011

El poncho de mi abuelo



Me considero una persona especialmente afortunada. Uno de los muchos motivos -más bien cuatro- es que tengo a mis abuelos enteros. Bueno, a uno le faltan dos dedos - mi amiga Miri le llama Tommy Sinfinger-, pero tengo los cuatro. Todos extraordinarios.

Mis abuelos paternos -a los que yo llamo los sanos- son cada uno una caja de sorpresas. Al abuelo Luis le hemos visto en bañador haciendo gymnasia en una piscina imaginaria, con el pelo engominado y una botella de Brandy imitando el botellón, con un vestido rosa de papel pinocho vestido de flamenca y parodiando un baile que mis hermanas Isa y Cuca y yo le preparamos para su aniversario o con una peluca de una melena blanca recitando una poesía de Rafael Alberti -su tío-. Mi abuela Mary es la abuela más moderna del mundo. Sigue nuestros blogs y se troncha de risa cuando los lee, escribe emails a mi hermana Lori, que vive en Alemania, se quitó el facebook porque no le gusta salir en fotos, se ha recorrido medio mundo del brazo de su marido y conoce recetas al microondas que me cuenta entusiasmada. Ya los veis en la foto, como un director de cine y su actriz fetiche.




Los padres de mi madre podrían ser también protagonistas de una película. Mi abuelo Luis -el de la foto de arriba-, que ha sido desde chatarrero a taxista, ha estado un par de veces más en el otro mundo que en éste durante el verano. Qué quieres que te traiga de Chile, le dije. Una llama de verdad -a Cuca le pidió una de Perú, pero se la trajo de peluche-. No abuelo, le contesté, pídeme algo que pueda traerte de verdad, porque te lo pienso dar cuando vuelva. Y me pidió un poncho. Ya me lo imagino con él puesto.  Mi abuelita Isabel -a la derecha- es la mimada de todos. Aunque ahora somos nosotros la que cuidamos de ella, siempre ha sido ella quien nos ha llenado de atenciones, con sus sandwichs de chocolate, sus tortillas de patatas y sus apaños con la costura.

¿Cómo no iba a hacer una entrada sobre ellos? Se merecen una cada uno. O un blog. Cuidaros mucho. Cuidadles mucho. Yo me voy dentro de 12 horas y, por primera vez, estoy nerviosa.

9 comentarios:

  1. A ver si sales ya para Chile porque esto, de momento, debería llamarse más bien "España y yo".

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  2. Jajaja, es la parte de yo. Es mi blog y yo hago en mi blog lo que me da la gana. Además, lo importante es el poncho, que lo voy a comprar en Chile.

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  3. Si se merecen una entrada cada uno. ¿Por qué haces una para los cuatro?

    Deberías cambiar el nombre del blog y ponerle MIS CONTRADICCIONES Y YO

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  4. gran oso hormiguero16 de febrero de 2011, 9:51

    como es mi primera vez me siento raro y pienso que no podré llegar al final del parrafo sin derramar la tinta. Agarrate que son muchas horas en el vión (tambien se dice parato), en fin, todo sea por el nuevo mundo, fijate que la tierra es mas roja y la gente esta mas cerca del principio que aqui.

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  5. los pájaros que hay en la esquina superior derecha del blog son muy frikis

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  6. Bueno, Almudena, no te conozco pero si vas a estar por Santiago de Chile, llámame y te doy un tour por la ciudad. Cuando llegas? David Ruiperez me dijo que ibas a estar por estos lados. Bueno, ya sabes, cualquier cosa, aqui estamos para ayudarte. Saludos!!!!

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  7. Y como se supone que va a contactar contigo si no sabe quien eres, no entiendo

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  8. David Ruiperez es muy buen chico. Fue webmaster de la galería de delitos de sangre de Alcalá Meco. Un mal pronto lo tiene cualquiera. Le rebajaron bastante la condena, dicen. Hizo muy buenos amigos anónimos en la galería para, ya sabes, cualquier cosa.

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