Almudena, 23 años, aspirante a periodista. En este blog publicaré todas las pequeñas y grandes experiencias que me apetezca compartir durante los seis meses que voy a vivir en Santiago de Chile. ¿Mi intención? Que todo al que le interese pueda seguirme el rastro esta mínima pero importante etapa de mi vida. ¿Mi deseo? Que me leáis y disfrutéis.

19 de febrero de 2011

Arañas rincón


Juan, Ángela -una chica de la universidad que ha venido con la misma beca- y yo dejamos hoy Santiago rumbo al sur de Chile. Vamos a arrendar un auto y, haciendo primero una parada en Valparaíso para darnos un buen baño, cogeremos la carretera panoamericana -que es muy moderna y muy segura mamá- y manejaremos hasta donde lleguemos, que calculamos que será Puerto Mont.

La ilusión que teniamos ayer por este viaje se multiplicó por la noche. Después de la cena, fuimos a casa de Javier -hermano de mi querido amigo Mauri de La Razón, quien, por cierto, me preparó mi foto con la bandera chilena-, que se habia ofrecido a guardarnos el equipaje mientras nos embarcabamos en nuestra pequeña aventura. Allí estaba con unos amigos y nos invitó a compartir la velada con ellos. Dos periodistas, una actriz, un profesor, una botella de vozka, una de ron y nosotros tres.

Divertidos y apasionados, hablaron de Chile, tanto de lo bueno como de lo malo. Sobre todo de lo hermoso de lugares que no podiamos dejar de visitar. También de las arañas rincón que, según dijeron, estaban en el 90 por ciento de las casas y eran muy venenosas, aunque, eso sí, admitieron que es poco probable que te mate si te pones mucho hielo y vas inmediatamente al médico. Ah, y nos aconsejaron que si sentiamos algún temblor nos dirijiesemos rapidamente dirección contraria al mar, pues en 8 minutos se podía provocar un tsunami. Bueno, todo acompañado de risas y cierta embriaguez no sonaba tan mal.


Durante el día visitamos el Mercado Central, repleto de criaturas-manjar, y un mercado de frutas lleno de colores, olores y texturas -quien conozca a Juan se imaginará que no se resistío a comprarse unos kilos-. Este paseo lo hicimos sobre ruedas. Me encantan las ciudades fáciles de recorrer en bicicleta. Eso sí, cuidado con donde la dejas. De vez en cuando, aliviabamos el calor mojándonos en las fuentes, lo que me recordó a nuestro viaje a Roma, familia.


Ahora a recogerlo todo, a despertar a Juan, para variar, y a ver un piso, a ver si encontramos un techo definitivo. No sé cuando podré volver a escribir pero, mientras no tengáis noticias, será que estamos bien.

4 comentarios:

  1. Macho que envidia, voy a ahorrar para ir en junio-julio! Juan cuida de Almu estos días, enterate de que se queda bien alojada y no comas mucha fruta. Pasarlo bien guapos

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  2. Tengo entendido que hay unos taxistas con ganchos metálicos que te llevan rapidísimo al hospital si te pica una araña rincón.

    Cuánto te vas a arrepentir de no tener nota para ir de Erasmus a Albacete

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  3. esto promete! todo muy intenso. sigo a la espera del skype.
    tengo la impresion de que vais a volver mañana a la uni y nos lo contareis mientras nos tomamos una cerve en el chino o el sevilla... aaaiiinnsss... se me hace mu largo y solo llevais unos dias.

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  4. Me encanta cómo escribes y la frescura de tu blog.
    Espero que te vaya muy bien en Santiago.Suerte.

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