Almudena, 23 años, aspirante a periodista. En este blog publicaré todas las pequeñas y grandes experiencias que me apetezca compartir durante los seis meses que voy a vivir en Santiago de Chile. ¿Mi intención? Que todo al que le interese pueda seguirme el rastro esta mínima pero importante etapa de mi vida. ¿Mi deseo? Que me leáis y disfrutéis.

28 de febrero de 2011

Calle Calle, que te pillo



Es viernes y llegamos a Valdivia, dónde se respira un ambiente animado, bohemio y cultural y hay una gran colonia alemana. Probamos la cerveza de Valdivia, la Kunstmann, que está deliciosa. vamos al Alberge Latino (8 lucas la noche, 12 euros), que nos encanta, tanto por dentro como por fuera. Eso sí, los colchones, por llamarlos de alguna manera, son íncomodos y suena el agua de la cadena continuamente.






Nos recomiendan ir a cenar a La última Frontera, que queda cerca y es barato. Quizá por primera vez en todo el viaje, comemos hasta que no podemos más, por 24 lucas. Después a dar un paseo nocturno y a beber un Terremoto -ron y vino tinto con helado de piña dentro- en La Chunga Chacotera, sentados en sillas de autobús. Dejamos nuestros nombres en la pared para la posteridad y convencemos a Juan, que nunca se cansa, de ir a dormir. Nosotras estamos muertas.

El sábado es el día grande de Valdivia, celebra su 451º aniversario. Tardamos en ponernos en marcha y a las 12 estamos probando las tostadas de Carppaccio en el mítico Café Haussmman. Unos chavales de once años chistosos, espabilados y con unos grandes sombreros se sientan con nosotros. Han venido desde Chiloé a participar en el clasificatorio de rodeo chileno. Vamos a verlo. Es curioso, lo grabé, ya os lo mostraré. Allí conocemos a Cristian, hijo de emigrantes alemanes que nos habla al reconocer nuestro acento.



Damos una vuelta por el parque Saval, que tiene una laguna llena de nenúfares sobre la que Juan hace tirolina mientras nosotras le observamos tranquilamente balanceándonos en una hamaca.










 Volvemos al hostel. ¿Cómo se llamaba este río? ¿Corre, Corre? No, Almu, Calle, Calle.
Listos para la Noche valdiviana encontramos que el espectaculo no es tal. Cuatro barcos iluminados y unos fuegos artificiales normales. Lo más bonito, las cientos de velas iluminadas en el río y las calles abarrotadas. Hay miles de personas, pero nosotros nos encontramos a las únicas que conocemos en Valdivia. Primero a Cristian, el mitad alemán y mitad chileno, con dos amigos. Nos invitan a una fiesta en una casa y a la orilla del lago y aceptamos. Nos metemos los seis en su coche y llegamos a la fiesta, donde nos encontramos a las chicas con las que compartimos habitación en el hostel. Vamos a carretear a la discoteca La Casona y de camino nos encontramos a Rigoberto y Constanza, los dos mochileros que recogimos de camino. Nos saludamos como los mejores amigos, con besos y abrazos, y compartimos cerveza y chocolate. Ya casi somos populares en Valdivia, los chilenos nos hacen sentir así. No hay fotos de esta noche.


Ahora estamos de camino a Puerto Varas, un poco más al sur, para culminar este primer y gran viaje. Las dos amigas del hostel se suben en nuestro Chery una parte del camino. También les ponemos Canteca, aunque no muestran tanto entusiasmo.

Feliz lunes de invierno a todos!

5 comentarios:

  1. Almudena pero vamos a ver ¿Cómo se te ocurre ir a la fiesta de un tio que conoces de tres minutos y lo que es peor ¡Montarte en su coche! Anda deja la buena leche para Almería que ya veo que ahí no te hace falta.

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  2. Espero que cuando dejéis de tener a Juan como protector seáis más prudentes. ¿No tienes que ir a la Universidad?

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  3. Entiendo que el hijo de emigrantes alemanes os habla al reconocer vuestro acento... alemán. Pasa mucho una vez que se ha pillado un melocotón superior de vino, cerveza y chocolate.

    Supongo que desde las hamacas se podría disparar al de la tirolina. Al menos dejarían tirarle nenúfares por un puñado de lucas.

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  4. Muy buena onda todo el asunto el sábado Almudena, mira donde vengo a encontrar tu Blog :D. Espero termine excelente su travesía por el sur, ¡nos vemos en Santiago!

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  5. Qué bonitas historias te inventas. Porque son inventadas ¿verdad? Aquí en España ahora todos somos expertos en Libia en particular y en el mundo árabe en general.

    "La Razón" titulaba hoy a toda plana que "El 'apagón' de Blanco triplicaría las muertes en las carreteras", refiriéndose a una propuesta del ministro para ahorrar luz en las farolas de las carreteras. Tus colegas siempre tan comedidos. Como ves, todo sigue igual.

    Muchos beseos. ¡Vivan los Terremotos¡ (me refiero a la bebida)

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